La hermosa historia del huipil oaxaqueño

huipil mexicano

El sur de México se caracteriza por sus prendas coloridas, como el huipil oaxaqueño, con el que sus habitantes se engalanan. Se trata de una pieza sumamente popular y cuya versatilidad admite variedad de diseños.

Se usa diariamente, pero ha sido tal su popularidad que ya desde hace bastante tiempo se comercializa con éxito. Cada huipil lleva en sus telas centenares de años de historia transmitidos durante generaciones a través de las manos que los confeccionan.

¿Qué es un huipil oaxaqueño?

El huipil se confecciona en varias regiones sureñas, pero concretamente el huipil oaxaqueño es el que más destaca. Es un vestido tradicional para uso femenino creado por los mayas y en el que los colores, los tejidos y las ornamentaciones tienen grandes significados.

‘Huipil’ deriva del vocablo huipilli, de los náhuatl, que significa “vestido con adornos”. Su corte es básico, es un lienzo que se dobla en la mitad y con aberturas para los brazos y la cabeza. El material por excelencia para fabricarlo es la lana, aunque también se emplea seda.

Un color, un lenguaje

Lo decoran con motivos florales, figuras de animales y también geométricas usando muchos colores. Según la región donde se lo confeccione, así serán las figuras que lo adornarán, porque cada una lleva un sello religioso, social y cultural.

En cuanto a los colores hay un significado bastante profundo, porque los hay específicos que simbolizan un punto cardinal y sus atributos:

  • Rojo. Simboliza al Este, de donde viene la vida, sale el Sol y comienza la guerra.
  • Amarillo. Hace alusión al Sur, donde hay fuego, cosecha y también trabajo.
  • Negro. Identifica al Oeste, allí está la tierra pero también la muerte.
  • Blanco. Asociado al Norte, allí está la luz diurna, el agua y la paz.

Es todo un arte que evoca una forma de pensar ancestral.

Qué significa

El huipil tiene para los habitantes del sur de México un significado arraigado a sus pueblos originarios. Se utilizan muchas figuras geométricas, florales, de animales y también humanas para realzar la referencia a ciertas regiones, cultivos o costumbres.

El huipil oaxaqueño se confecciona en dos versiones, o para dos tipos de eventos:

  • Diario. Destinado para uso habitual, ya que ese era el empleo original que le daban los indígenas.
  • Días especiales. Desde antes de la conquista, hay un huipil que se luce en eventos muy concretos, como bodas o funerales.

A pesar de ser una prenda sencilla encierra toda una rica herencia de costumbres y creencias.

Cómo está hecho

El huipil oaxaqueño se hace con tela de tres piezas según el ancho con el que se vaya a fabricar. Lo confeccionan en lo que llaman ‘telares de cintura’ y puede tomar hasta seis meses de trabajo.

Como ya se apuntó, es un vestido netamente femenino de uso muy corriente entre los indígenas. Aunque son cortos en su mayoría, los hay más largos y de manga corta o larga. Los diseños que más se usan son los de animales y flores, complementados con cintas coloridas para adornarlos.

Materiales

La gran variedad de huipiles que existe actualmente depende en gran medida del material con el que se confeccionen. Hay tres tipos:

  • De gala. De forma corriente, el huipil solo se cose por los lados, los de gala usan líneas horizontales como decorado con tres colores distintos, que van reduciendo su grosor a medida que avanzan. Cada bordado tiene un motivo especial, bien sea una hoja, una flor o un pájaro. En su parte final y en el cuello se aplican encajes anchos para adornar.
  • De encaje. Se emplean alternativamente encajes y listones, y el bordado va desde atrás hacia la parte del frente. Este bordado forma un triángulo a la altura de las mangas y el pecho.
  • De tela. Se aplica el mismo patrón, pero su ornamentación es mínima.

Con el transcurrir del tiempo la razón de ser del huipil es recrear momentos significativos en la vida de cada familia o pueblo. Bien sea un funeral o un matrimonio, se adornan con motivos de la región, hechos a mano con algodón y puntada.

Para las regiones frías de Oaxaca se hacen con lana y para las más cálidas, seda. Es la vestimenta por excelencia usada en la famosa festividad conocida como la Guelaguetza.

Características

Las artesanas oaxaqueñas que los bordan vuelcan en cada huipil la experiencia y la tradición de centenares de años. Por eso se toman hasta seis meses para confeccionar cada uno.

Estas artesanas tienen la fabricación de huipiles como su forma de vida, por eso el costo varía según el dibujo y de cuánta seda lleve. Una pieza original completa puede costar hasta 35.000 pesos mexicanos, lleva tres flores grandes en cada lado.

Al momento del bordado comienzan tejiendo las flores más grandes, desde adentro hacia afuera. Los pétalos interiores se bordan con hilo de tono fuerte y los demás con hilo más claro.

Arte según la región

Cada zona geográfica ha ido adaptando el huipil oaxaqueño según sus creencias, costumbres y usos.

  • Oaxaca. Se bordan en algodón con agujas metálicas, en el pasado lo hacían con la punta de un maguey. En ciertas zonas, aparte de flores, dibujan rombos a la altura del pecho a los que llaman ‘Uo’, simbolizando el lugar donde está el espíritu.
  • Yucatán. Esta variedad de huipil cubre los pies, es más largo, y el escote es cuadrado y amplio. Se borda con abundantes flores o figuras geométricas en tonos vivos usando algodón y lino. Los diseños son más finos y con más detalles.
  • Chiapas. Ciertas comunidades acostumbran usar más figuras de animales, como sapos o alacranes, destacando los colores rojo y fucsia para las flores. En otras zonas bordan figuras tomadas de la vegetación usando color negro.

Son vestidos que a través de sus símbolos cuentan la historia del país.

Deslumbrantes

Cuando puedas, adquiere un huipil, te llevarás lo mejor de las manos más diestras del sur de México. Tendrás contigo una verdadera obra de arte que es motivo de orgullo para quienes la bordan.